por Esly Regina Carvalho, Ph.D.
¡Es increíble qué si haga ésta pregunta! Quizá eso ocurra porque nuestros líderes aprendieron que, en el ministerio, el símbolo de la total abnegación es matarse de tanto trabajar. Cuanto más trabajan, más “santos” se consideran.
Veamos algunas razones por las cuales debemos descansar:
- Es desígnio de Dios que descansemos. Eso es tan importante qué Dios incluyó el descanso entre Los diez Mandamientos (¡Êx 20.8-11). Para la sorpresa de muchos workaholics, descansar significa no trabajar! Es interesante notar que eso incluye un mandamiento positivo y un negativo: debemos santificar el día de reposo, esto es, despegarlo, hacerlo especial, sagrado. Al mismo tiempo, hay un mandamiento negativo: ¡no trabajar ni hacer los otros trabajen, ni siquiera los animales!
- Dios nos da el ejemplo. El “sábado” no comenzó con Los diez Mandamientos. Existe desde que Dios creó el mundo y descansó. Como fuimos criados a su imagen y semejanza, también debemos descansar.
- La tierra necesita descansar (Lv 25.2-7). Nuestra inclinación es atribuir este texto al mundo agrícola. Realmente, en aquellos tiempos, era la tierra que daba provisión para los pueblos. Hoy, viviendo en un mundo industrializado, en muchos casos, lo que producen ya no es más la tierra, pero el trabajo. Así, es importante que nuestro trabajo y ministerios también descansen.
- Existe maldición para la tierra si ella no descansa (Lv 26.32-35). Eso es obvio: cuando no obedecemos a los principios bíblicos, sufrimos las consecuencias. No entendemos porque nuestro liderazgo está decaído. Ni entendemos porque muchos pastores y líderes están tan vulnerables a todo tipo de tentación. Muchas veces, eso acontece simplemente porque están cansados. O mejor, exhaustos. Y ese cansancio les expone no apenas a la tentación, pero también a las propias consecuencias de la desobediencia.
- Por otro lado, hay bendición reservada para quien guarde el día de descanso (Is 58.13, 14). Existe algo en el descanso que nos permite retomar el trabajo con nuevo vigor e interés.
Esclavos no descansan. Cuando los hijos de Israel salieron de Egipto, el primer don de Dios después de la libertad fue el día de descanso. Eso fue absolutamente revolucionario para aquel tiempo. Hoy, muchos de nuestros pastores y líderes trabajan todo el semana, y el domingo trabajan doblado. Pocos son aquéllos que sacan otro día para descansar. Debemos nos preguntar: ¿Cómo estamos viviendo? ¿Cómo libres o cómo esclavos?
¿Cómo descansar?
Muchas personas no saben descansar. Otras no se permiten hacerlo. Algunos fueron criados en lares donde descansar significaba “no hacer nada”, lo que era malvisto por los padres (“pereza”) y, para éstos, descansar producen sentimiento de culpa. Otros sienten que descansar significar defraudar (robar) a Dios de alguna forma. Pero, cómo vemos, ¡descansar es un mandamiento de Dios y el mejor qué podemos hacer cómo líderes es obedecer al Señor!
En tenemos prácticos:
- Es importante despegar un día por semana, sistemáticamente, para descansar y dedicarse al Señor. En mi experiencia, si no hacemos un compromiso con Dios sobre ese asunto, la inclinación es dejar el descanso de lado. Otras cosas van surgiendo, haciéndonos creer que descansar no es tan importante.
- ¿Qué día? No voy a entrar en la pelea teológica se tiene de ser sábado, el domingo u otro día. Creo que el principio básico es que un día en siete tiene de ser para descansar. Decida cual es el día de la semana que funciona a usted descansar.
- Comience el descanso en la noche anterior. Es interesante notar que, en la cultura judaica, basada en la afirmación de que, cuando Dios creó el mundo “hubo tarde y mañana”, el día comienza al anochecer del día anterior y termina al anochecer del día siguiente. Haciendo así, verá que el descanso traerá más dividendos.
- Sin caer en el legalismo, en el día de reposo, deje de hacer las cosas que normalmente hace. ¡Claro qué trabajar, ni pensarlo! Pero lleve la cosa bien en serio. Un amigo mío no liga la computadora en su día de descanso. Mismo con voluntad de leer los mensajes, él se domeña, pues sabe que la tentación de leer los recados del trabajo será muy fuerte. Hay personas que no cocinan o no hacen compra en ese día
- Haga lo que usted normalmente no hace en los otros días. Santifique, despegue ese día para que sea diferente de los otros. Lea su Biblia con más calma. Tenga un tiempo mayor con Dios. Salga a caminar, por ocio y no por el ejercicio. Haga cosas que le dan placer: tome un helado, bromee con sus hijos, lean en familia, conversen. Gaste tiempo en oración con su familia y con su cónyuge. Deleitese en el Señor, en sus bendiciones, en su familia, en la creación.
Publicado originalmente en la Revista Ultimato