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Intervención en catástrofes

Nuevos abordajes para el acompañamiento
Esly Regina Souza de Carvalho, Ph.D.

¿Además de la caridad natural humana, por qué debemos nos preocupar en hacer intervenciones en situaciones de grandes catástrofes? Hay muchas razones para eso, especialmente llevando en consideración que el trauma tiende a congelar as  personas.

Las personas que sufren una tragedia como las que vivimos en Brasil en estos últimos años corren un alto riesgo de se “congelen” en sus traumas. Cuando vivimos una experiencia tão “over” que no conseguimos digerir todo cuanto nos aconteció es muy fácil congelar. Además eso acontece no apenas emocionalmente. Quien sepa la emoción congelada sea en el verdad el recuerdo congelado neuroquimicamente en un cerebro que no consiguió hacer el procesamiento normal y natural que debe hacer con nuestras vivências diarias. Todos conocemos el ciclo del sueño y que cuando soñamos también tenemos el movimiento ocular rápido o sueño se RÍEN (Rapid Eye Movement sleep, en inglés). Estos movimientos oculares nos ayudan a procesar las cosas que nos acontecen y que archivan nuestras experiencias de forma que van se volviendo pasado. Pero cuando vivimos una experiencia traumática como ésas ni siempre nuestro cerebro consigue “metabolizar” todo cuanto nos aconteció. Nos ponemos congelados, eternamente presos, mirando a la destrucción de la pasado. aun cuando externamente consigamos ir para frente, adentro de nosotros – una parte nuestra, un papel, se congeló, y se quedó preso la esta experiencia pasada.

Si podemos empezar a entender el peso de los traumas en nuestras vidas, podremos empezar a buscar ayuda adecuada para nuestra recuperación. La consecuencia de estos “congelaciones neuroquímicos” hace con que empecemos a tener papeles en nuestras vidas que quedan amputados. No tenemos más acceso a los recursos que estos papeles deberían nos dar. Si la tragedia aconteció cuando yo tenía 13 años, hay alguien que mora allá adentro que también tiene 13 años y continúa mirando para el terror de lo que aconteció. Mientras no encontremos formas de “descongelar” esos recuerdos – estas áreas cerebrales que guardan estos traumas – este papel continuará congelado, empatando mi capacidad de generar nuevas soluciones adaptativas para la vida, o mismo conductas más funcionales.

Hoy día podemos decir que no se hace más psicoterapia como antaño. Tenemos las herramientas necesarias para empezar a desvendar los misterios del cerebro, y encontramos una de las puertas de acceso al reprocesamiento de recuerdos. A través del EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing – Dessensibilização y Reprocesamiento por medio de los Movimientos Oculares) y del Brainspotting, ambas psicoterapias de reprocesamiento, podemos tener acceso directo a las áreas en el cerebro donde esos recuerdos están guardados y ayudar al cerebro reproducir el reprocesamiento necesario para archivar esas memorias en su debido lugar – la pasado.

¿Eso puesto, lo qué tiene todo eso a ver con intervenciones en tragedias de grande escala? Todo. Cuando las personas viven esas experiencias sin el debido acompañamiento es posible que todos los traumas anteriores no-resueltos vengan a la tona. Sabemos que cuando vivimos una pérdida, todas las otras pierdas mal resueltas en nuestra vida también viene nos visitar. Los traumas también. aun cuando el trauma haya acontecido con una persona más lista, la propia tragedia puede ser tan grande que el cerebro no consigue digerir todo. Y esas congelaciones impiden el buen desarrollo personal, social y espiritual de los indíviduos.

Por esa razón, junto con el hallazgo del EMDR al final de la década de los 80’s nació el movimiento de auxilio humanitario con ese abordaje. Cientos de terapeutas EMDR se ha dislocado a lugares y hasta paises extranjeros con el entendimiento que 1) las personas que sufren necesitan de auxilio; 2) hoy existen herramientas eficaces para sacar las personas del peligro traumática con rapidez y eficiencia en la grande mayoría de los casos, 3) podemos precaver cuadros patológicos resultantes de traumas severos si hacemos una intervención en tiempo hábil, 4) la prevención ayuda a impedir catástrofes posteriores de orden social (violencia intrafamilar, alcoholismo y otras adiciones, suicidios, homicidios y asaltos, etc.) El EMDR tiene también un poder preventivo. En Israel se aplica el EMDR en salas de emergencia hospitalarias después de ataques terroristas para evitar un posterior cuadro de TEPT- Trastorno de Estrés Pos-Traumático.

Al paso que anteriormente había apenas las herramientas verbales de lo de-briefing, de lo oír empático, del hombro amigo (todas muy válidas y necesarias), hoy tenemos herramientas que pueden evitar la instalación del trauma a nivel cerebral, o mismo reprocessálas en las semanas y meses subsiguientes a fin de amenizar y evitar cuadros patológicos de conductas. Por ejemplo, si entendemos qué muchas veces la adición (alcoholismo) es una forma disfuncional de “medicar” el dolor emocional (o el trauma, o simplemente, las farpas del corazón), entonces podemos imaginar que si podamos curar esas farpas, entonces no habrá más la necesidad de esa “medicación”, y entonces podríamos evitar ciertos cuadros de alcoholismo cuyo desarrollo podrían si dar después-tragedia. El luto mal resuelto puede desembocar en depresiones profundas (evitables) o tentativas de suicidio. (¿Quién pueda culpar una persona qué quiera si matar después que perdió todos los 15 miembros de su familia y todos sus bártulos?) Éstos son ejemplos simplistas porque las patologías humanas son complejas y llena de sorpresas, pero comienzan a darnos las pautas necesarias para tenemos una nueva comprensión de lo que acontece y como podemos traer nuevas soluciones a estas temas vinculadas a vivências traumáticas.

El trauma y sus consecuencias

El trauma nos perjudica de muchas modales… más de lo que muchas personas imaginan. Y no solo “traumas obvios” como secuestraciones, estupros, muertes violentas, experiencias de guerra, terremotos, huracanes destructores. Cuando hablamos de traumas hablamos también de aquéllos que se encuadran en experiencias dolorosas que no necesariamente van a si encajar en los diagnósticos oficiales de médicos y psicólogos. Traumas light também hacen deterioro.

Hablemos un poco sobre las consecuencias de experiencias y recuerdos dolorosos y traumáticos:

  1. El trauma congela los recuerdos en el cerebro a nivel neuroquímico. Os estudios más recientes con tomografias sofisticadas (CAT, PET, SPECT, fMRI, etc.) demuestran como el contenido archivado de forma disfuncional compromete la actividad neurocerebral. Tiene partes de nuestro cerebro que poseen archivos cheios de contenido guardados de forma neuroquimicamente disfuncional. As partes “congeladas” no se comunican con las partes funcionais. Às veces no hay mismo palabras para explicar qué pasó porque el trauma reside en el hemisferio derecho del cerebro y las palabras se encuentran en el hemisferio izquierdo (área de Broca). los dos hemisferios no están “se hablando” por tanto no tiene como assignar significado àquilo que aconteció. Las informaciones maladaptativas se encuentran disociadas de las herramientas que podrían ayudar a processar  y archivar adaptativamente aquel recuerdo malo. Justamente lo que va a ayudar a curar esos recuerdos es la posibilidad de reprocessar e integrar adaptativamente el contenido de esos recuerdos. Es lo que hacen las nuevas terapias de reprocesamiento, tales como EMDR y Brainspotting:  criam nuevas conexiones cerebrales permitiendo el surgimiento de nuevas informaciones e insights, y transforman los recuerdos traumáticos en nuevas percepciones resolutivas.
  2. El trauma es secuela de vivências de peligro (real e/ou percibido) que no conseguimos resolver adecuadamente. Es sabido que cuando en los deparamos con una situación de peligro probablemente vamos a reaccionar de una de tres formas normales: fugarse, luchar o congelar. Quando una raposa encuentra un conejo en la floresta, el conejo sabe que tiene que reaccionar o va a virar cena. Si es acuado, va a luchar porque es la única chance de salir de las garras de la raposa. Si él cree que puede correr más que la raposa, él se fuga. Pero, a veces, en la carrera, cuando la raposa se aproxima, el conejo puede congelar: cae como que muerto en un estado fisiológico que hace la raposa creer que el conejo murió de susto. Como carne muerta no interesa a la raposa, bate en retirada. Cuando el conejo percibe qué el peligro pasó, empieza a temblar y sacudirse como forma de salir diste estado de congelación. El riesgo es tan alto que se él no haga eso derecho puede mismo hasta morir. Terminado el proceso de descongelamiento, el conejo vive para ver otro día sin secuela del trauma (cosa que difícilmente los seres humanos consiguen hacer igual.).

Los seres humanos tienen muchas de esas mismas reacciones, y las estatuas de sal muchas veces nada más son que un papel adentro de nosotros que no consiguió “si sacudir” de forma apropiada. La experiencia “no pasó” (no fue archivada en la pasado que es su lugar debido) y el peligro es sentido como eternamente presente.

  1. Una de las cosas que el trauma nos saca es la capacidad de escolha. Fomos creados para tener libre arbitrio. La salud siempre implica en la posibilidad de escoger como contestar o actuar. El trauma acaba con esa capacidad de elección y nos obliga a repetir comportamiento. Quien sepa eso nos ayuda a entender por qué ciertas personas repiten conductas destructivas, mismo cuando no quieren hacer eso. Vale a pena averiguar su historia de vida y ver en que momento esos recuerdos comenzaron a si congelar. Estatuas no nos ofrecen opciones de conducta.
  2. El trauma hace con que creamos en patrañas a nuestro respeto. Una de las cosas que acontece cuando vivimos una experiencia dolorosa y no conseguimos processá-la  (“digeríla”) es que el recuerdo queda guardada no solo con su dolor, pero también con qué se piensa, sienta físicamente y los olores, los sonidos, los colores – todo eso queda guardado en ese recuerdo en el archivo de nuestro cerebro. Estos pensamientos suelen ser irracionales y falsos, se lea, las patrañas en las que creo a mío respeto. Hay una parte adentro de nosotros que dice que todo eso es embuste, pero la parte que vivió la experiencia y continúa “mirando” para la destrucción no consigue creer en verdad a respeto de lo que aconteció y permitir que sesolte el recuerdo. La estatua ni siempre cree en lo que le decimos en nuestro papel adulto.Aliás, una de las características poco reconocidas de los eventos traumáticos es que se tratan de respuestas normales a situaciones anormales. Anormal es ser asaltada, secuestrada y estuprada la mano armada; perder todo el familia en un desastre; enfrentar un peligro inesperado y trágico repentinamente. Normal es poner aterrado creyendo que este peligro no va a pasar nunca más. A veces, uno consigue digerir y metabolizar todo eso espontáneamente a través de nuestros recursos y resiliência internas… pero ni siempre eso es posible, y es ahí que mora el peligro de la congelación traumática. Tener estatuas internas como consecuencia de esas cosas es normal. Nuestro cerebro simplemente no consiguió procesar la enormidad de lo que nos aconteció.
  3. El trauma nos trae pensamientos obsessivos/intrusivos. Não conseguimos dejar el trauma en la pasado. Él se queda perturbando diariamente. Hablo a mí misma: “No voy a pensar más en ese. Voy a alterar de asunto interno”. Y muda… por un pouquinho. De repente cuando se da cuenta, otra vez está allí, nhê-nhê-nhê, nhê-nhê-nhê, y presto, el asunto en pauta vuelve a ser la experiencia difícil.É difícil manejar estos pensamientos intrusivos. En los momentos más inesperados cuando estamos en una buena de repente algo dispara un pensamiento dieses y estamos de vuelta en la pasado. No “llamamos” el evento y ni estábamos pensando en aquello. A veces es más sutil. No entendemos por qué alteramos de humor, por qué nos ponemos tristes sin aparente razón, o irritados o malhumorados. Es que un algo en el regalo disparó algo que nos aconteció en la pasado y alguno de nuestros papeles internos vino a hacer visita de manera inesperada e indesejada.
  4. Tenemos conductas de evitação. Experiências difíciles hacen con que no queramos llegar cerca “de aquello” de nuevo. Si foi naquela esquina que tuve un accidente de coche, entonces empezar a hacer otro camino para el trabajo. Si foi naquele restaurante que tuve la pelea final que acabó con mi casamiento, entonces evito de comer allá de nuevo. El problema es cuando esa conducta evitativa comienza a si generalizar y empezamos a evitar un número cada vez mayor de lugares, cosas o hasta personas.
  5. Nuestra capacidad para el aprendizaje es bloqueada/afetada. Gente traumatizada no consigue aprender derecho. No tiene espacio cerebral y emocional para eso. Es muy común recibir pacientes que se dicen burros. Nunca fueron bien en la escuela. Cuando pregunto cómo era su vida en aquella época  me cuentan una larga historia de humillaciones escolares, que los padres que se despegaron en aquel tiempo, la falta de apoyo y amparo, y así por delante. Explico que quien tiene este nivel de “barullo interno” no tiene espacio para aprender. El problema no fue que les faltó inteligencia. Lo que faltó fue la posibilidad de poder oír la lección externa porque el ruido interno era tan alto. Cuando curamos el barullo interno, abrimos espacio para un real aprendizaje. La congelación estaba ocupando el espacio del álgebra.
  6. ¿El trauma abre la puerta para a  maldade. O qué significa eso? En tenemos más simple la violencia genera violencia. No es simplemente que las personas son malas o malos. Examine sus historias de vida. Suelen tener historias traumáticas de abuso, de violencias de exploración, de injusticias, de falta de cuidado. No es a la-toa que están en un papel de bandido o malo: no conocen otra cosa. La buena noticia es que muchas veces si conseguimos curar el jardín de infancia que hace parte de nuestros papeles tenemos la posibilidad de rescatar lo que la persona tiene de bueno. Ni siempre es posible, pero vale a pena la tentativa si la persona si dispone a pagar el precio de su cura emocional.
  7. La vida nos rompe a todos, mas algunos se congelan. Todos tenemos lugares adentro de en los que congelaron hecho estatuas. Una vez más, es una cuestión de dosis. (Los homeópatas dicen que la diferencia entre la medicina y el veneno es a dosifique.) Cuanto más papeles congelados tengamos de nosotros, más dañado se queda nuestra vivência. La vida no es equitativa en la distribución de los traumas y experiencias dolorosas. Y como cada un leyda con esas cosas también depende de quien sea, de su temperamento, su desarrollo (y de los déficits en este desarrollo en la medida en la que fue creciendo), su contexto familiar (o falta de…), en fin, de las peculiaridades de cada un, su temperamento y su historia de vida.
  8. La vida también rompe a quien asista tragedia. No quedan traumatizados apenas aquéllos que viven la catástrofe, pero también aquéllos que hicieron las intervenciones y acompañaron los finales, quien llevó para el hospital, quien se quedó del lado mientras alguien agonizaba. Fácilmente nos olvidamos de bomberos, policías, médicos y enfermeras que acompañan estos casos innumeros veces y viven la imposibilidad de no salvar un niño, o alguien que le ruega por ayuda y aún así se perdió. El sufrimiento vicariante también deja secuela en aquéllos que ayudan. se llama fatiga del compasión (compassion fatigue): el cansancio de quien no aguanta más acompañar tanta desgracia y se traumatiza también.
  9. ¡Finalmente, sem cura para el corazón no hay calidad de vida. Imagine intentar vivir arrastrando esas estatuas de sal por la a vida afuera! Cuanto más curado, mejor integrados estén los papeles internos, mejor la vida, mayor a qualidade de vida también. Quien sepa ésta es la razón principal a buscar esa integración emocional de los papeles internos: para que se pueda hacer mejores elecciones en la vida; poder contestar de forma más adecuada a los desafíos que la vida (y las personas) nos traen; poder disfrutar las alegrías y de los triunfos alcanzados; amar mejor y aprender a si dejar amar. El trauma nos roba esas posibilidades. Cuando curamos nuestros papeles internos, rescatamos aquello que hay de más esencial e importante para el ser humano: la convivencia saludable en la relación de amor y respeto mutuos adentro y fuera de nosotros.

Cuando podamos entender los efectos y consecuencias de los traumas en la vida de las personas, podremos nos apremiar también a buscar formas de curarlos. Sabiendo que el trauma producen estos resultados, tenemos más razón aún a buscar intervenciones a fin de evitar las catástrofes sociales que pueden resultar de las tragedias de la naturaleza. Tenemos estos desafíos por la frente, pero tenemos también el consuelo de saber que ahora tenemos herramientas eficaces que pueden nos ayudar a dar pasos más seguros y eficientes en la resolución de la vivência traumática.

Esly Regina Souza de Carvalho, doctora en Psicología, es especialista en el tratamiento de traumas, y entrenadora de EMDR y Brainspotting. Ofrece cursos de formación en esas nuevas modalidades de terapias del reprocesamiento. Actualmente ejerce una practica retrete en Brasilia, después de morar muchos años en Estados Unidos, Ecuador y Bolívia.