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La Enfermedad Habla

por Esly Regina de Carvalho, Ph.D.

¿Quién podría imaginar qué la enfermedad tiene cosas para decirnos? Pero es verdad y vale a pena se fijar a lo que nos está queriendo decir. Muchas veces puede ser una advertencia de Dios que estamos llevando un estilo de vida que está perjudicando nuestra salud. Otras veces puede estar hablando sobre un momento de vulnerabilidad que estamos viviendo.

Los médicos en general perciben qué la mayoría de las enfermedades tiene relación con nuestra mente y nuestro estado de espíritu. Los psicólogos trabajan con esta suposición hace mucho tiempo. Quien sepa las enfermedades sicosomáticas son las que mejor ejemplarizan la relación mente/corpo.

Es necesito tener presente que somos una unidad mente/corpo/ espíritu. Lo que afecta a una parte también afecta a otra. No sé hasta que punto podemos hablar de una enfermedad “física” como tal. Cuando nuestro psiquê si fragiliza, nuestra parte física se pone más vulnerable a la enfermedad. Por ejemplo, la persona que está triste corre el riesgo de deprimir el sistema inmunológico (que es muy quisquilloso a nuestro estado emocional). Cuando bajan nuestras defensas es mucho más fácil caer con gripe u otras enfermedades infecciosas, por ejemplo, de lo que cuando estamos en un período de estabilidad emocional.

A baja de defensas no debe ser confundida con la enfermedad del SIDA. En la infección por HIV, hay un sistemático “desarme” de ciertas células del sistema inmunológico que nos ayudan a combatir las infecciones. Con el tiempo, un número tan significativo de células de defensa son destruidas que el organismo no consigue más atacar y destruir los virus, bacterias, etc., invasores. En el SIDA, la persona muere porque el cuerpo no consigue más reaccionar ofensivamente a la enfermedad. En general sano las infecciones “oportunistas” (así llamadas porque “se aprovechan” de la debilidad del organismo) a que el cuerpo sucumbe y no a lo SIDA propiamente dicho.

En el organismo dicho normal, acontece algo un poco diferente. Nuestro sistema inmunológico puede deprimirse temporariamente, pero llega a un momento en el que consigue “reagrupar su ataque” y colaborar en la destrucción del invasor. Podemos ejemplarizar en tenemos más simplistas: en una infección de garganta la persona comienza sentir dolor localizado y la temperatura empieza a ascender. Esto es una señal de que el sistema inmunológico ya entró en acción y está luchando contra la bacteria que está causando a amigdalitis. Cuando la médica receta un antibiótico, está administrando un agente que colabora con el sistema inmunológico en el combate a la infección. Llega a un punto en el que vence el organismo, el invasor es destruido y el cuerpo empieza a volver al normal.

El estado emocional influye sobre el sistema inmunológico haciendo con que lleve más tiempo para entrar en acción, o de reconocer la enfermedad invasor, o que haya deprimido la fabricación de las células que combaten las enfermedades. Ésta es la ligazón sicosomática (psiquê = miente, suma = cuerpo).

Muchas personas utilizan erróneamente la expresión sicosomática, insinuando que las personas que las tienen están inventando la enfermedad. Ésta no es la forma correcta de la expresión. La persona que tiene una enfermedad sicosomática tiene una enfermedad real, con síntomas reales y los incómodos reales de cualquier enfermedad. qué pasa es que el desencadeante de la enfermedad es de fondo emocional.

¿Comprendido estos aspectos, qué nos puede decir estas enfermedades? Podríamos decir que la enfermedad sicosomática nos habla a través de metáforas. Por ejemplo, cierto día vino un paciente a si consultar conmigo porque tenía una úlcera. El médico había diagnosticado la enfermedad como sicosomática, estaba acompañando el tratamiento, pero lo encaminó a la psicoterapia. En el decorrer de las sesiones, un día el paciente me compartía sobre una serie de dificultades que enfrentaba y sus problemas de relación interpessoal.

“Sabe, yo acabo engullendo tanto sapo de esta gente…!”

Disparó mi antena terapéutica. Había aparecido la metáfora que explicaba su enfermedad.

“Fulano, sapo es algo que no se consigue digerir. Nuestro estómago no fue hecho para digerir sapo y se resiente cuando hacemos esto. Acaba creando una llaga…”

Seguimos con el trabajo terapéutico y el paciente acabó aprendiendo a manejar los comentarios de las personas de una forma más saludable. “Vomitó los sapos” que ya había engullido, y aprendió a no engullir más. La úlcera sarou y no volvió más. Cuando el estómago amenaza doler, él se examina para ver se aconteció un algo en los últimos días que pueda ser a causa del dolor. Resuelve sus dificultades interpessoais y ahorra medicina para el estómago.

Otras enfermedades hablan de otras dificultades… asma, de un ahogo que se vive; el cabello que cae, de la cabeza caliente; cáncer, de las cosas que corroen por adentro. Cansé de ver adultos si dan cuenta de que sus hijos tenían crisis de bronquitis en la noche en la que los padres bregaban. Mi hija adolece en el día antes que yo tengo que viajar.

Hay muchas enfermedades sicosomáticas: artritis reumatóide, jaquecas, enfermedades respiratorias, alergias, además de las que ya mencionamos. Las enfermedades que afectan el sistema inmunológico todas tienen un componente emocional. Hay un cirujano judío que trabaja con pacientes con cáncer. Describe los que él llama de “pacientes excepcionales” – los que saram de cáncer o viven muy además del tiempo pronosticado. Pero son personas que hacen cambios drásticos en su estilo de vida: en la alimentación, en la cantidad de ejercicios que practican, en su vida emocional, en su forma de reaccionar delante de los problemas, etc. Hay enfermedades que pueden sarar como resultado de cambios radicales, y otras enfermedades crónicas que pueden ser controladas.

Quizá aquí vale hacer una alerta final: debemos cuidar de nuestra “alma”. Los cristianos creen en los atenciones espirituales: una decisión por Cristo, ir a iglesia local, leer la Biblia, la práctica de la oración, una vida de servicio al próximo. Muchos no hesitan en buscar el médico cuando adolecen. Todos van al Presto Socorro cuando quiebran la pierna. Pero muchos tienen recelo de cuidar de su alma, de su psiquê, de su “corazón”. Creen que buscar psicólogo es cosa de dolido.

Hoy día hay muchos psicólogos cristianos en Brasil. Existe el Cuerpo de Psicólogos y Psiquiatras Cristianos que puede sugerir el nombre de personas conocidas en diferentes partes del país. Hay buenos psicólogos seculares que son graciases por su código de ética de respetar los valores religiosos (políticos, éticos y filosóficos) de sus pacientes. El profesional que quiere alterar los valores religiosos de su paciente puede ser denunciado a los Consejos Regionales de Psicología. Los propios CRPs están alertando en los diarios sobre servicios ofrecidos que no son propios de psicólogos (tarot, mapa astral, etc.) Las personas que sufren de una enfermedad sicosomática o enfermedad crónica pueden mejorar su estado general de salud con un tratamiento psicoterapêutico.